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Ya dijimos antes que el primo Guillermo, hijo de Antonio Filippi Farmar, llevado por su trabajo: bailarín de tango, tuvo la enorme suerte de conocer no solo la tierra natal de nuestros abuelos, sino además, a nuestros primos que viven en el Valle. Recientemente, Rinaldo nos envió estas fotografías que retratan esos momentos inolvidables en que dos descendencias directas de nuestra familia se encuentran. ¡Celebramos que así sea! y no podemos evitar imaginar qué pensarían Mario, Ernesto y Arduino, que ya no están entre nosotros, de estos lazos que sus descendientes fortalecen día a día. Ojalá podamos muchos de nosotros honrar su memoria de esta manera, como ellos hubieran querido, reconstruyendo aquellos lazos que la gran guerra quebró a principios del siglo pasado. La sangre no puede ignorarse. La sangre es la misma. Y pase lo que pase, el Valle y su gente, sobre todo un Filippi Farmar, será siempre caro a nuestros afectos; ellos serán siempre nuestros Lazos de Sangre.
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Florindo, el hermano menor de los Filippi Farmar en la Argentina, supo incursionar en el canto llevando su voz incluso, al disco de vinilo. Pero no fue el único de la familia con esos dotes artísticos. Silvina Filippi Farmar es cantante y trabaja como diseñadora gráfica. Estudió canto con diferentes profesores y aprendió distintas técnicas que le han valido para el canto, sobre todo de tangos, milongas y valses. El Viernes 8 de Agosto se presentó en el Roots, un Resto Bar de Capital Federal, con músicos en vivo y un cantante como acompañante. Silvina, que por estas horas está camino a Europa donde tendrá el privilegio de conocer la tierra natal de nuestros abuelos, nos envió esta fotografía de su última actuación. ¡Buen Viaje Silvi! y saludos a la familia en el Valle...pero que quema en mi alma
como si parte de mi
perteneciera a tu entraña.
Vuelve tu faz milenaria
hacia remotas raíces
en que persiste tu estirpe
fusionada con mi patria.
Sangre de antepasados
por mis venas corre rauda.
Yo veo en mi descendencia
el rostro de aquella Italia
a la que la infame guerra
devoró hijos del alba
y América abrió sus puertas
y les ofreció su casa.
Tierra de mis ancestros,
el corazón te aclama
porque en su centro palpitan
mi Argentina y mi Italia
y yo camino en los valles
que mi abuelo caminara
cuando aún en su inocencia
la guerra no imaginaba…
Y las distancias se acortan…
Y los caminos se abrazan...
María Verónica Filippi Farmar
